Hace unos meses , Marcos Fernández (colega de la Junta de FEBiotec), compartía el siguiente enlace en twitter: Do Innovation Consultants Kill Innovation? | Co.Design. Tanto me impresionó que aparte de compartirlo yo también, me apetecía comentarlo aquí.
No obstante, dentro del modelo de Clayton, Skibsted, entiende que la pérdida de proceso innovador, se debe a la profesionalización, que se da en distintas empresas de dos maneras:
- Mediante externalización (consultores de innovación), que ahoga el proceso en un conflicto de intereses y una evaluación de objetivos poco establecida.
- Mediante la creación de «departamentos de innovación» internos, con profesionales que deberían tener una visión en conjunto del negocio, y conocer todos los pormenores. (y de ahí vienen los programas MBI’s que formarían CIO’s )
El problema de estas soluciones es que si aparte de los inconvenientes que encontremos en organizarlos, estos carecen de la implicación que tiene el profesional innovador por su idea, esta actitud insistente y tenaz que tiene alguien que se juega mucho por ella. Evidentemente la solución pasa por fomentar la innovación a través de todo el equipo.
El el artículo sugiere un par de modelos sobre como seguir generando innovación a través de equipos bien formados y la alta especialización, pero tampoco os lo voy a destripar todo.
En alguna compañia para la que he trabajado, la carga de trabajo durante ciertas épocas, era más ligera, lo que de estar muy interesado, te permitía profundizar. Desde luego, una de las costumbres más importantes, era reunir a equipos, tanto por productos/líneas de negocio como por tareas/puestos similares entre las diferentes líneas
La idea que en su momento me resultó más interesante del bla-bla-bla de Christensen fue el de la innovación disruptiva. Pero cuando se intenta aplicar el concepto como instrumento de análisis de los procesos y modelos de innovación una realidad determinada, se muestra poco robusta y escurridiza, hasta convertirse en un mero ejercicio intelectual. No creo descubrir nada cuando afirmo que la innovación es "un estado de ánimo" (igual que la economia…;-))