Esta mañana hubo un debate/presentación organizado por la plataforma No es sano sobre el modelo de I+D en salud que tenemos hoy en día. El debate versó fundamentalmente sobre el precio que tienen los medicamentos y sus consecuencias sobre el acceso a estos.
Me vino al pelo para rescatar una entrada sobre el valor de los fármacos: Cuando era investigador predoctoral en cáncer, el CIB unas jornadas organizadas por Enrique de la Rosa tituladas «El valor de nuestra investigación«, para dinamizar la transferencia tecnológica en el entorno académico.
En una de las ponencias a las que pude asistir, Pablo Ortiz, director de la farmacéutica navarra Digna Biotech comparó los números más discutidos en los modelos de desarrollo farmacéutico y biotecnologico: inversión económica, tiempo de retorno y tasa de éxito de los nuevos medicamentos.
Pablo utilizó como ejemplo a Gloucester Pharmaceuticals, cuya aprobación por fast track de la FDA del medicamento Istodax/romidepsina en 7 años y 101 millones de dólares, representaba un modelo de investigación dirigida/targeted. Este es un modelo de investigación típico en biotecnología contra los clásicos 1000 millones de dólares y 10-12 años de desarrollo de una molécula descubierta por cribado; propios de una investigación más tradicional.
Estas diferencias en los números nos muestran la vertiginosa evolución que sigue el modelo de investigación en industria farmacéutica y biotecnológica para obtener medicamentos innovadores. En la I+D farmacológica, cada vez cuenta con más relevancia el conocimiento de las bases moleculares así como el diseño racional de los principios activos lo que redunda en un desarrollo más barato, más rápido y más sólido como inversión.
Por supuesto me recordó el reciente artículo de Mathew Harper en Forbes, donde se elevaba la cifra hasta los 13.000 M$ desde los 4000M$. Esta cifra proviene de dividir el presupuesto asignado a I+D de la diferentes big pharma por el número moléculas aprobadas en mismo período de tiempo.
Y cómo casan los números? En las últimas décadas las big pharma han ido focalizando su actividad en los Medical Affairs, últimas fases de ensayo clínico (apenas II y III) y desarrollando nuevas indicaciones para fármacos ya aprobados. Así mismo, centros de investigación y las spin off /small biotech que han ido surgiendo, han ido perfeccionando su capacidad para licenciar moléculas a las big pharma, repartiéndose el pastel de esta manera.
Los Medical Affairs, esta actividad científica de las big pharma, consiste en dotar a las moléculas existentes de la mejor evidencia e información, aumentando su capacidad de uso y por tanto su valor. Y claro, los dólares que aquí se invierten, no están destinados a desarrollar nuevas moléculas, si no a mejorar y rentabilizar las ya aprobadas, como también lo hacen las nuevas indicaciones.
Así lo representaban Paul et al. en How to improve R&D productivity Nature Rev Drug Discovery 2010 (PDF)
La causa más probable de este reparto cae sobre el descomunal tamaño y consecuente burocratización de las big pharma, sus oportunidades y necesidades. Medical Affairs porque permite emplear toda la red de contactos institucionales y comercialización que ya tenía; y Ensayos finales porque es cuando las inversiones requeridas son mucho mayores y también las probabilidades de éxito más grandes.
Y tú, ¿cómo crees que evolucionará el desarrollo de nuevos medicamentos? ¿Qué importancia crees que debe tener los Medical Affairs dentro del I+D farmacéutico?